martes, 20 de noviembre de 2007
Camino lentamente por la acera mirando hacia el suelo, en sus orillas están los frondosos fresales llenos de flores y grandes fresas escondidas entre el follaje, hay que rebuscarlas y recolectar las más maduras y sabrosas, éstas son las más dulces, que tomadas con zumo de limón y abundante azúcar o con miel están para chuparse los dedos, y si es con miel de estos alrededores que las laboriosas abejas fabrican con los más aromáticos néctares de las abundantes flores de azahar, ya es el “no va más”. A su lado crecen las plantas de los pimientos del Padrón, esos que dicen “que unos pican y otros no”, también están en flor y algunos ya empiezan a tomar su tamaño ideal para ir a parar a la sartén; a su costado crecen los del Piquillo que también pican algo pero no rabian..., más allá están los morrones comenzando a florecer, aún les quedan unas semanas para recolectar los primeros que irán a parar a las brasas y asados con su color rojo y su carne gruesa están riquísimos en “escalibada”, que es una especie de ensalada, añadiendo berenjenas, cebollas y tomates también asados en las mismas brasas, con abundante aceite y un poco de vinagre, acompañada con algunos fiambres o queso resulta una cena excelente.
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1 comentario:
Pues que buena receta, parece muy sabroso;-)
que buenos conocimientos ^-^
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